En este primer caso conté con la ayuda del ilustrador Miguel Soto, quien incorpocó su linóleo de temática marina con la mitad de mi xilografía que refleja a un barco en mitad de la tormenta.
Fue especialmente difícil conserguir esta combinación ya que tuvimos que emplear dos tórculos distinto debido a la presión que requiría cada matriz. Por otro lado también fue un reto conseguir que el nivel de entintando en ambas planchas fuera parecido, pues mientras que el linóleo necesita la tinta espesa para mostrar todos los detalles, la xilografía necesita que la tinta corra más porque en muchos casos la madera absorve gran parte de ella.
En definitiva tras la expreriencia de tres pruebas de estado, logramos esta maravillosa estampa.
Gracias Miguel y Patricia.
En el caso de esta segunda estampa, se decidió llevar más allá la técnica del chinacollé empleando papel metalizado en lugar de papel de seda, lo cual lo hizo algo más tedioso a la hora de situar los trozos de papel en el lugar adecuado, pero que en definitiva quedó maravillosamente representando a la perfección los ojos de uno de los personajes clave de la obra en la que está basada.
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