Linograbado

Este no es el primer caso en la serie de grabados del 2012/2013 en el que se decidió llevar los poemas elegidos por el camino personal. Por eso, como todas las obras seleccionadas eran de los favoritos de la autora de los grabados, en este caso se optó por el poema 'Duerme' de Bécquer por todas las sensaciones que aporta al lector, recordando al momento en cuando uno se hace el dormido mientras otra persona le observa.

Una vez más se lleva a cabo una pequeña investigación acerca de las texturas que pueden conseguirse, en este caso a través de herramientas como son las gubias de distintas formas y tamaños, pues el contenido no es más que un autorretrato basado en una fotografía de quién realizó los grabados haciéndose la dormida.




Despierta, tiemblo al mirarte;
dormida, me atrevo a verte;
por eso, alma de mi alma,
yo velo mientras tú duermes.

Despierta, ríes, y al reír tus labios
inquietos me parecen
relámpagos de grana que serpean
sobre un cielo de nieve.

Dormida, los extremos de tu boca
pliega sonrisa leve,
suave como el rastro luminoso
que deja un sol que muere.
¡Duerme!

Despierta, miras y al mirar tus ojos
húmedos resplandecen
como la onda azul en cuya cresta
chispeando el sol hiere.

Al través de tus párpados, dormida,
tranquilo fulgor vierten,
cual derrama de luz, templado rayo,
lámpara transparente.
¡Duerme!

Despierta, hablas y al hablar vibrantes
tus palabras parecen
lluvia de perlas que en dorada copa
se derrama a torrentes.

Dormida, en el murmullo de tu aliento
acompasado y tenue,
escucho yo un poema que mi alma
enamorada entiende.
¡Duerme!

Sobre el corazón la mano
me he puesto porque no suene
su latido y de la noche
turbe la calma solemne.

De tu balcón las persianas
cerré ya porque no entre
el resplandor enojoso
de la aurora y te despierte.
¡Duerme!






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